Como todos los años por estas fechas, subimos al campanario de nuestra torre, para preparar el repique de campanas en la procesión del Cristo. Desde allí las vistas son inmejorables y este año, nos hemos permitido la licencia de subir a la parte mas alta, donde está el reloj y no solo las vistas nos llamó la atención. La campana que nos da las horas, luce allí solitaria y atenta, a cada una de las horas de nuestras vidas, en el centro de esa pequeña habitación. En su pecho bordada una incripción nos recuerda, ella misma, para que fue creada y como pocos de nosotros la hemos visto, he querido dejaros por aquí unas fotos para que disfrutéis de ella y una foto desde la terraza del caracol
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Vista de la plaza, desde la terraza del caracol |