Es de sobra sabido por todos que La Juvenil Filarmónica, una de las dos sobresalientes bandas de música de nuestro pueblo, viene participando desde 2015 en la Semana Santa de Cuenca y -más concretamente- en la procesión Camino del Calvario que tiene lugar en la madrugada del Viernes Santo. Son muchos los momentos emocionantes que se viven en esta procesión, tradicionalmente conocida como de Las Turbas, en la que son muy característicos los contrastes que en ella tienen lugar.
Es precisamente esa antítesis entre el principio del cortejo procesional y el final del mismo lo que hace única a esta procesión en el marco de la Semana Santa conquense. El fuerte ruido de los clarines y tambores con que los turbos escenifican las burlas que Cristo sufrió al encaminarse a la crucifixión se opone al completo silencio y solemnidad con que procesiona -al final del cortejo- la Soledad de San Agustín, acompañada de La Juvenil Filarmónica, que es la encargada de cerrar el desfile procesional.
Tal y como se indicaba, en esta procesión se viven instantes de mucha emoción. Algunos de ellos podrían ser la salida de la Iglesia del Salvador, la llegada del cortejo a la plaza Mayor, el completo silencio que pone fin a los clarines y tambores de los turbos para que los pasos procesionales escuchen el Miserere conquense frente a la Iglesia de San Felipe o el momento en que las imágenes regresan a la Iglesia del Salvador. Cada una de las personas que viven anualmente esta procesión tendrá predilección por alguno de los muchos momentos sobrecogedores que se viven en Cuenca en la madrugada del Viernes Santo.
Lo que está claro es que, si a cualquier villamayorense que participe en la procesión Camino del Calvario de Cuenca se le preguntase por el momento más especial del desfile, la respuesta sería evidente e indudable: cuando suena la marcha Cristo de la Viga, de Juan Martínez Salamanca, y la Soledad de San Agustín se mueve al compas de horquilla. En efecto, desde hace ya nueve años -siempre que las circunstancias han permitido que la procesión salga a la calle-, La Juvenil Filarmónica ha querido hacer presente en la Semana Santa de Cuenca a nuestro patrón, el Santísimo Cristo de la Viga, haciendo sonar una de las dos marchas procesionales a Él dedicadas y en uno de los puntos de máxima afluencia y conmoción del cortejo: justo antes de que la Soledad de San Agustín escuche el Stabat mater de manos del coro del conservatorio de Cuenca en las escalerillas de la Iglesia de San Felipe.
Desde la hermandad solo podemos agradecer profundamente a La Juvenil Filarmónica y a cada uno de sus miembros el que lleven el nombre del Santísimo Cristo de la Viga allá donde van y -particularmente- a la Semana Santa de Cuenca, tradición de gran renombre al estar declarada esta fiesta de interés turístico internacional. Os animamos a que -año tras año- sigáis haciendo presente al Santísimo Cristo de la Viga a través de vuestros acordes, no solo en Cuenca y su Semana Santa, sino allá donde vayáis y tanto con vuestra música como con vuestro testimonio.
Y, como conclusión de este post, os dejamos algunos archivos de contenido audiovisual. Esperamos que os gusten.
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