Vamos con la 5ª entrega de este manuscrito. Las diferentes sequías que azotaron a nuestro pueblo son las protagonistas de este relato. Nos cuenta el autor algunas de ellas, dándonos detalles de como nuestro Patrón puso remedio a estas sequías.
" Año de 1868
En el año anterior fue muy
corta la cosecha y el actual, con la pertinaz sequía solo se espera la
desolación y el hambre: en tan terrible aflicción el pueblo todo acude
presuroso al Trono de la Misericordia, bajaron al Stmo. Cristo de su trono y
todo el pueblo por el día y noche postrados ante la Sagrada Imagen implorando
su clemencia. A seguido llueve, pero en tan corta proporción que bastaban unas
horas de aire para dejar la tierra tan seca como antes; se acordó sacar al
Stmo. Cristo en procesión el día cuatro de Mayo por la tarde: tan pronto lo
anunciaron las campanas se llenó el templo de todo el pueblo; los Señores
principales se ofrecen para sacar la Sagrada Imagen: los Señores que llevan en
sus hombros el Stmo. Cristo se les ve derramando lágrimas y todo el pueblo en
la mas triste aflicción se dirige en procesión hacia el Cerro de San Sebastián.
Llegados a aquel sitio y postrados todos de rodillas, desde allí se ve todo el
campo árido y muchos sembrados secos completamente y no podrá alcanzarles la
lluvia: los lamentos, suspiros y voces, turban los cánticos religiosos, los
sacerdotes lloran emocionados, las madres llorando presentan los niños de pecho
y sus pequeñuelos que parece piden a Dios con su valvuciente voz el rocío
deseado. Todo ello presentaba el cuadro mas triste y desconsolador que puede
imaginarse.
Ya se nota un pequeño nulo
hacia la parte del Sur; crece por momentos y en poco tiempo cubre la mitad del
Cielo: entonces se dispuso regresar al pueblo aceleradamente y por el camino
mas corto, en este trayecto no cesan los vivas y aclamaciones al Stmo. Cristo
de la Viga. Antes de llegar a la Iglesia principió a llover y al penetrar al
templo se agarró mas fuertemente: todo el pueblo allí congregado cuando a los
acordes del órgano resuena el Te Deum laudamus Te dominum confitemur;
Todos regocijados vierten
lágrimas de gratitud y de alegría. Al salir del templo vemos que por las calles
corre el agua en abundancia y que el Cielo está encapotado de nubes derramando
mucha agua en los días siguientes. El Pueblo pide se haga una solemne procesión
al Stmo. Cristo en acción de gracias, acordándose que para el día diez de Mayo,
a la que asistió todo el Pueblo con las autoridades, la música y el regocijo de
todos en alabar y ensalzar al Stmo. Cristo pidiendo que se publique y se
perpetue el milagro. La corporación municipal se dirige desde la Iglesia al
Ayuntamiento y allí congregados celebran sesión extraordinaria levantando la
correspondiente acta que copiada a la letra es como sigue:
“Sesión
extraordinaria del Domingo 10 de Mayo por la tarde=
En
la Villa de Villamayor de Santiago a diez de Mayo de mil ochocientos sesenta y
ocho: el Ayuntamiento de la misma espontáneamente y bajo la presidencia del Sr.
Alcalde D. Pedro López Gallarte, presente yo el Secretario interino, se reunió
a las seis de la tarde en sesión extraordinaria, pasando al salón de ellas
desde la procesión que acaba de celebrarse al Stmo. Cristo de la Viga a
iniciativa de los artesanos de esta Villa y en acción de gracias por haber
regado los campos con la lluvia que tanto se anhelaba por todos; y a fin de
levantar acta del prodigio obrado por el Stmo. Cristo en la presente tristísima
ocasión en que se estaba para secar el campo, consecuencia de una larga y no
ininterrumpida sequedad que coincidiendo con la escasez de la última cosecha
llevara a las puertas a implorar una limosna a todas las familias, de los
braceros del Pueblo que no han emigrado de él, acometidos como en los
inmediatos de los horrores de la miseria; pues iniciadas por el Ayuntamiento
las rogativas y procesión que se celebró el Domingo veintiséis de Abril último,
en el mismo día y como a las doce de la mañana, ya comenzaron a verter agua las
nubes de que se encapotó el Cielo tan pronto como descendió de su trono para
ser colocado en medio de la Iglesia el Stmo. Cristo a cuya Imagen tan venerada
en este Pueblo pedían agua a gritos personas de todas edades, sexo y
condiciones congregadas en el Templo todas las noches. Pero que si esta lluvia
no fue bastante para calmar la ansiedad hasta de los niños que con su
valvuciente voz y con imperfecta pronunciación repetían una y otra vez “Agua
Santísimo Cristo de la Viga”.
Vino
el cuatro de Mayo actual y presentándose diferentes nubes vertieron en él y los
siguientes toda el agua necesaria para mijar hasta la raíz de los sembrados
llevando a los campos la lozanía que ya de uno a otro día iban perdiendo y una
esperanza al corazón de todos, ahogado por tristísimas ideas de hambre y futura
calamidad.
¡Loor
y gloria al Stmo. Cristo de la Viga! Y conste así para perpetuo testimonio de
gratitud de parte de este Ayuntamiento y del vecindario a quien representa.
Tráigase a las actas y corra unida a este libro una estampa de aquella Imagen y
en nombre de la presente generación de Villamayor de Santiago, suplica el
municipio a las futuras, no pierdan de la memoria este hecho prodigioso, porque
no en todos los pueblos ni aun de las inmediaciones han recibido tan inmenso
beneficio; guardando la misma o más si es posible devoción y cariño al Stmo.
Cristo, objeto desde hace mucho tiempo de nuestra adoración y culto.
Salas
capitulares de dicha villa en el esperado día, mes y año = Pedro López Gallarte
= Simón Garrido = Domingo Saavedra = Eusebio Torremocha = Silvestre Romeral =
José Andrés Pérez = Mariano Ballestero = Agustín Caballero = Sebastián Sierra =
Julián Sánchez Morate = Castor Ruescas = Benito Ayuso = Secretario interino =
hay unida una estampa de Santísimo Cristo de la Viga= Es copia=”
Así resulta del libro de
sesiones del Ayuntamiento de esta Villa, y desde entonces todas las
corporaciones que han pasado por el de liberales, republicanos y de todos
matices, todos, absolutamente todos han mirado ese libro y esta acta con el
mayor respeto y veneración.
Con tan abundantes lluvias,
los sembrados que parecían estaban secos completamente, echaron nuevas raíces y
tallos y fue una cosecha regular. El pueblo lleno de regocijo se dispone para
que se celebre la función al Stmo. Cristo el día cinco de Septiembre con todo
el esplendor de que fuera capaz y así se verificó resultando todos los actos
los más sublimes de fervor y entusiasmo; pero el que más se distinguió fue a la
salida de la Sagrada Imagen por la tarde, al dar vista a la plaza, donde todo
el pueblo estaba congregado prorrumpen en vivas y aclamaciones, con sus voces
llenan los aires y acallan las músicas: La Sagrada Imagen tuvo que permanecer
allí mucho tiempo pues no se podía dar un paso.
¡Viva el
Santísimo Cristo de la Viga (decían) nuestro Rey, nuestro Dios, nuestro Padre
que con tanta abundancia nos da de comer, Viva el santísimo Cristo de la Viga! ...
… Año 1917 a 1918
En este año de 1917, ya
tenemos otra vez sequía en todo el otoño no ha caído una gota de agua,
estábamos a mediados de Diciembre y la tierra estaba árida y seca que no se
podían sembrar y las que estaban sembradas no podía nacer y todo estaba
perdido.
En tan apurado peligro
acudimos presurosos al trono del santísimo Cristo de la Viga llevándole en
procesión al Cerro de San Sebastián donde todo el pueblo con el mayor fervor y
confianza hizo las mismas suplicas. No fueron desatendidos nuestros ruegos,
pues a los tres días llovió; pero si esta lluvia no era suficiente a la gran
sequedad que tenía la tierra, a los pocos días cayó una fuerte nevada que
precedida de gran blandura caló hasta la profundidad de las labores y a los
ocho días ya se veía el campo de un hermoso verdor habiendo nacido bien todos
los sembrados. Se cantó el Te Deum el día 13 de Enero. La cosecha ha sido
excelente muy superior a la de los demás pueblos.
El vecindario todo agradecido recuerdo a tantos beneficios, pide se
haga la función al Stmo. Cristo con toda la solemnidad posible y al efecto la
junta organizadora trabajó para que así resultara trayendo la música del
Regimiento de Saboya con música de capilla que con sus armoniosas voces
cantaron el Miserere por la noche y oficiaron una solemnísima Misa.
Orador sagrado fue el Sr. D. Diego Tortosa Canónigo de
la Santa Catedral de Madrid* que con gran elocución en el desarrollo del tema de
su discurso cautivó la atención de todos los oyentes de que estaba lleno el
grandioso Templo en medio del mayor silencio y recogimiento ansiosos de
escuchar su sublime y elocuente palabra."
...continuará...
*D. Diego Tortosa (1.878-1.947), nació en Cieza, Murcia, donde se doctoró en Teología y Derecho Canónico, ordenándose sacerdote hacia el año 1901. Obtuvo una plaza de canónigo en la Catedral de Madrid, y cursó Ciencias y Derecho en las Universidades de Madrid y Barcelona, respectivamente. Alcanzó al mismo tiempo fama de eminente orador sagrado, siendo nombrado en 1.912 Capellán de Honor de SS.MM. los Reyes Don Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia, de la que fue también confesor. Llevó una vida consagrada a la lectura y el estudio, dando conferencias y discursos por muchas ciudades españolas.
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D. Diego Tortosa |