Tal y como se adelantó en la entrada anterior, ayer, fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, fue un día muy importante para nuestro pueblo, pues se cumplían 25 años desde que la Virgen de Magaceda fuera coronada como Reina de Villamayor. Por la noche volvimos a rememorar esta efeméride que ya celebramos de forma grandiosa y solemne el pasado 5 de mayo. Y lo hicimos con una Eucaristía de acción de gracias que -además- coincidía con la conclusión del novenario en honor a la Virgen de Magaceda.
Como ya es tradición, la hermandad del Santísimo Cristo de la Viga fue la encargada de poner broche de oro a estos nueve días en que nos hemos preparado espiritualmente para vivir las fiestas en honor a la Virgen de Magaceda que están a punto de comenzar. En la preparación de la liturgia nos hicimos presentes una representación de la corte de honor y de la mayordomía de las pasadas fiestas patronales, así como algunos integrantes de la junta directiva.
En la novena se puso de manifiesto la unión que existe entre la Virgen de Magaceda y el Santísimo Cristo de la Viga. Porque son Madre e Hijo y porque los villamayorenses no entendemos el uno sin el otro. Y para exteriorizar -una vez más- esta unión la hermandad del Santísimo Cristo de la Viga entregó a la hermandad de la Virgen de Magaceda una imagen en resina del Santo Cristo para que sea colocada en su sede.
Tal y como hizo ayer el presidente de la hermandad, agradecemos públicamente a nuestro párroco D. Germán, así como a las mayordomas y a la junta directiva de la hermandad de la Virgen de Magaceda la invitación para participar. Y, para finalizar este post, no podemos dejar de desearos a todos unas felices fiestas. Que sean días de encuentro y fraternidad y que encontremos una ocasión para acercarnos más al camino que nos propone Cristo, el Santísimo Cristo de la Viga, y que siguió -como discípula primera- su madre, la Virgen de Magaceda.
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